Las irresistibles alitas de pollo son ese plato que combina lo jugoso con lo crujiente y sabroso en cada bocado, aunque disfrutarlas sin hacer un desastre puede ser un desafío.
Las alitas de pollo se han convertido en un manjar exquisito amado por personas en todo el mundo gracias a su crujiente textura y sabor jugoso. Nacido principalmente en Estados Unidos, hoy en día este plato se ha extendido a lo largo del globo y millones de personas lo disfrutan cada día.
Sin embargo, para muchos amantes de las alitas, disfrutarlas siempre trae consigo un desafío: el de saborear estas delicias sin llenarse de grasa o caer en el desorden.
Tips y consejos para disfrutar sin desorden
No importa si son alitas Búfalo, alitas con bbq o alitas en salsa teriyaki, a la hora de deleitarse con estos platos es inevitable llenarse de grasa a ti y a todo lo que toques, si no te preparas bien antes de comenzar a comer.
La principal idea para evitar este tipo de situaciones es tener siempre unas servilletas a mano. Limpiándote la boca y las manos después de cada bocado que les des a tus alitas conseguirás disfrutarlas sin ensuciar nada.
Si aún con las servilletas terminas manchado de grasa y salsas, puedes probar algunas técnicas populares para evitarlo. La más común es la técnica del mango, que consiste en agarrar las alitas de pollo por el extremo, de forma que tus manos nunca entren en contacto con la parte que entrará en tu boca.
Otra técnica es la de colocar tus dedos entre los huesos de las alitas y empujar la carne hacia abajo, de forma que esta quede como una especie de sombrilla. Si bien al aplicar esta técnica te tienes que manchar las manos, evitarás llenar tu boca de grasa.
También tienes la opción de usar tenedor y cuchillo, que, aunque es más sofisticado y previene cualquier tipo de desastre, muchas personas sienten que al comer alitas de esta forma se pierde gran parte de la experiencia.
Utilizar bandejas o platos adicionales a la hora de comer alitas también puede ser una buena idea para evitar el desorden. Haciendo esto no solo evitas que se desborden las salsas o que las alitas acaben por toda la mesa, sino que también mantienen de forma organizada los huesos de las alitas que vayas acabando.
Además, la elección de salsas y aderezos también puede influir en el desastre que puedas llegar a hacer al comer tus alitas, pues las salsas muy líquidas, por ejemplo, pueden llegar a escurrirse y acabar manchando todo.
Acompañamientos para complementar tus alitas
Ahora que ya sabes cómo comer alitas de pollo de forma limpia y ordenada, llegó el momento de que conozcas algunos acompañamientos populares para elevar aún más el sabor de este delicioso plato.
Para contrarrestar la riqueza de las alitas puedes incorporar diferentes crudités frescos como apio o zanahorias picados en tiras finas en tu plato. Estos vegetales ofrecen un contraste refrescante y además pueden ser sumergidos en cualquier salsa para mejorar aún más su sabor.
Y es que, comer alitas de pollo sin una salsa que las acompañe no tiene ningún sentido. La más común es la salsa BBQ que ya de por sí es un acompañante ideal, pero puedes experimentar con otros tipos como alguna salsa picante o incluso algo más exótico como una mezcla de miel y mostaza.
Tampoco puede faltar un buen aderezo para tus alitas de pollo, y más allá de los convencionales como el aderezo ranch, lo mejor llega cuando decides sumergirte en el mundo de las combinaciones creativas y probar cosas nuevas.
Desde una salsa de queso azul casera, un aderezo de guacamole, o incluso una mezcla de yogurt y hierbas, estos acompañamientos son perfectos para realzar el delicioso sabor de tus alitas de pollo de una forma sencilla pero única.