Hoy 11 de mayo festejamos a San Francisco de Jerónimo quien fuera un jesuita y presbítero católico del reino de Nápoles.
San Francisco de Jerónimo nació en Grottaglie, Italia, el 17 de diciembre de 1642, y murió en Nápoles, Italia, el 11 de mayo de 1716.
San Francisco de Jerónimo estudió en los colegios jesuitas de Tarento y Nápoles y en 1666, antes de cumplir los 24 años de edad, fue ordenado como sacerdote.
Posteriormente se dedicó a la enseñanza en un colegio jesuita y a los 28 años ingresa a la Compañía de Jesús.
Con el tiempo San Francisco de Jerónimo fue predicador, y por ello visitaba hospitales, prisiones, etcétera, todo con el fin de convertir al cristianismo al mayor número de personas.
De hecho, se dice que San Francisco de Jerónimo convertía al cristianismo al menos a 400 pecadores al año.
San Francisco de Jerónimo propició la comunión cada domingo tercero de mes, y en cada una de ellas siempre había más de 15,000 personas presentes.
Esto en la Iglesia de Santa María de Constantinopla, donde predicó cada martes sin falta durante 22 años.
El papa Benedicto XIV lo beatificó en 1758, mientras que el papa Gregorio XVI lo canonizó el 26 de mayo de 1839.
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